Tarucas: cuando el deporte se convierte en inclusión

Con rugby, escalada o ciclismo, la Fundación Tarucas demuestra que el deporte puede ser un puente real de inclusión para personas con y sin discapacidad.

Cinco amigos, una pelota y un sueño: así nació Tarucas en 2019. Vicente Lazo, psicólogo y rugbista, recuerda que todo comenzó en un encuentro de rugby inclusivo. Allí conoció a dos jóvenes con una motivación clara: jugar junto a sus hermanos, uno de ellos con síndrome de Down, en un espacio donde no existiera la palabra “exclusión”. “Lo más bacán es que dentro de la cancha somos todos iguales —cuenta—. Eso es lo que hace realmente inclusivo al rugby: no hay reglas distintas ni adaptaciones, solo personas que se encuentran en igualdad de condiciones”.

El nombre no fue casual. Investigando, dieron con las tarucas: un huemul andino del norte que vive en manadas de quince, el mismo número de jugadores que un equipo de rugby.

“Nos hizo todo el sentido —recuerda— porque coincidía la fuerza del animal, su vida en la alta montaña y la idea de comunidad”. Desde entonces, la fundación ha crecido hasta reunir a más de 305 deportistas en siete ramas deportivas: rugby, hockey, escalada, trekking, karate, ciclismo inclusivo (Tarubike) y patinaje artístico.

Hoy cuentan con la Tarucasa, un espacio abierto cerca del Metro Los Domínicos donde hay gimnasio, celebraciones de cumpleaños, asados improvisados y pronto un muro de escalada. “Lo que pasa es que los panoramas para adultos con discapacidad son escasos. Aquí hay un lugar donde entrenamos, jugamos play o simplemente compartimos. Es un espacio seguro, donde nadie sobra”, explica Vicente.

 

Pedro, el hombre tacle

En esa manada hay un rostro querido por todos: se trata de Pedro Mella, de 22 años, apodado “el hombre tacle”. Llegó en 2019, tímido, con miedo a derribar. “Al principio me asustaba mucho tacklear —confiesa—, pero el Bicho me ayudó a perder ese miedo y desde ahí no paré más”. Desde entonces ha viajado a Irlanda para el Mundial de Rugby Mixed Ability en 2022 y este año representará a Chile en Pamplona, España. “Son mis familias —dice—, aunque peleemos, siempre nos acompañamos en todo momento. Compartimos y celebramos juntos, y eso me encanta”.

Pedro es también fundador de Tarubike, la rama que enseña a personas con discapacidad a andar en bicicleta.

“En Holanda o en Estados Unidos solo el 20% de los adultos con síndrome de Down saben pedalear. ¿Es porque no pueden o porque no se les da la oportunidad?”, se pregunta Vicente. En Tarucas ya hay diez ciclistas que ruedan con orgullo. Para Pedro, esos logros son más que estadísticas: “El deporte me dio confianza. Y ahora voy a representar a Chile. Nunca pensé que llegaría tan lejos”.

Lo que ocurre en la cancha trasciende el deporte. “Un hermano que nunca validó al otro, ahora lo reconoce; familias que recibieron portazos en clubes neurotípicos hoy ven a sus hijos jugar; y quienes no tenían contacto con la discapacidad descubren una nueva forma de relacionarse —explica Vicente—. El día de mañana, en un trabajo, si entra alguien con discapacidad, la aceptación será distinta. Eso es lo que cambia el deporte”.

El futuro: una sociedad más inclusiva

Seis años después de aquel inicio, Tarucas es mucho más que un club deportivo. “Legalmente somos fundación, pero funcionamos como club —aclara Vicente—. Tenemos ramas, entrenadores y un modelo claro: el Mixed Ability, donde personas con y sin discapacidad participan juntos”. La proyección es ambiciosa: abrir una nueva Tarucasa con más espacio, organizar galas de patinaje y campeonatos de escalada inclusiva, además de representar a Chile en torneos internacionales.

La inclusión en el deporte hace maravillas.

La inclusión en el deporte hace maravillas.

El crecimiento ha sido rápido, pero no improvisado. Las ramas surgen cuando algún deportista o especialista se acerca con un sueño: así nacieron el karate, el patinaje artístico y el ciclismo inclusivo. Y aunque el financiamiento no es fácil, la convicción es inquebrantable. “Queremos demostrar que la inclusión no es un discurso: se practica día a día”.

En la Tarucasa, entre máquinas de entrenamiento y risas de sobremesa, la inclusión se hace rutina. Pedro lo resume mejor que nadie: “Para mí Tarucas es mi familia”. Una familia que hoy se prepara para dar un tackle contra la exclusión, aquí y en cualquier cancha del mundo.

Rama de escalada de Tarucas.

Rama de escalada de Tarucas.


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