Sin oxígeno ni guía: a la conquista del Manaslu
Janice Rot y Nicolás Horta, con 26 y 21 años, alcanzan la octava cima más alta del mundo: un ochomil del Himalaya, sin sherpa ni oxígeno suplementario. En esta entrevista cuentan cómo lograron crear una marca para el deporte chileno
Hace solo unas semanas, la montañista y deportista Andesgear, Janice Rot (26) comenzó a resonar entre los medios chilenos luego de convertirse en la primera mujer en conquistar el monte del Himalayas nepalí, Manaslu (8.163 metros de altura), sin oxígeno ni ayuda de guías. La hazaña, la logró junto a Nicolás Horta (21), integrante de su cordada quien, tras la proeza en Nepal, se volvió la persona más joven en subir un ochomil en esta modalidad. “Desde que salimos del campamento base no volvimos a bajar. En total nos demoramos 9 días pasando por los campamentos 1, 2, 3 y 4, hasta la cima”, dice la atleta.
A semanas de la conquista del Manaslu, Janice hace un balance positivo de la expedición. “Fue una experiencia bonita pero también muy difícil”, sostiene, ya que “ascender sin sherpa fue bastante agotador. Nunca habíamos porteado equipo a esa altitud y esto, sumado a la falta de oxígeno, volvía todo más difícil. Desde comer hasta dormir y respirar. Todo se sentía distinto. Desde ahí, le pusimos harta mente, corazón y mucho espíritu de cordada para darnos apoyo, pues después de todo, estábamos los dos solos”.
– ¿Cómo evalúas tu decisión de subir sin guía?
–Fue difícil y creo que, sobre todo, nos sirvió para valorar la labor de los sherpas y sentir admiración por ellos. Pudimos ver lo difícil que es su trabajo, donde deben encargarse de sí mismos, de sus clientes, de subir sus cosas, de cocinar, armar su carpa y la del cliente, etcétera. Experimentamos un poco de lo que viven ellos y aprendimos a respetarlos porque cargan mucho más peso, pasan a más velocidad… Son secos.
–¿Cómo fue subir el Manaslu sin oxígeno suplementario?
–Fue muy complejo porque no teníamos cómo entrenarlo al 100 por ciento. Recuerdo que el último día de ascenso fue muy duro y para lograrlo, con Nicolás desarrollamos un sistema donde dábamos 10 pasos y descansábamos 30 segundos. Así pasamos varias horas hasta la cumbre y fue bastante agotador. Además, estar sin oxígeno te hace más propenso a sufrir congelaciones, que también tuvimos porque cuando hay menos oxígeno baja mucho la circulación.
Montañista de corazón
Según Janice, es difícil perderse hacia la cima del Manaslu pues la ruta está demarcada con cuerdas. “Este sendero es un sendero bastante conocido entre los amantes de la montaña”, añade. A esto, se suma la buena visibilidad que hubo durante de todo el viaje. “Por el camino quedé impresionada con el paisaje. Es mi primer ochomil y alrededor podías ver cómo las nubes rodeaban estas montañas tan altas. Desde la altura, los paisajes son hermosos, muy distintos que en los Andes”, cuenta.
Sobre el equipo, dice Janice que para este expedición llevó dos carpas. Una Andesgear Huascarán y una Northface VE 25. “La primera, la llevamos hasta los 5.500 metros de altura y nos aguantó super bien. Los vientos no la botaron, resistió la nieve que cayó y no se traspasó la humedad dentro de la carpa. La de Northface, la subimos hasta el último campamento y también nos aguantó súper bien”, sostiene.
A semanas de su gran logro, Janice ya está de regreso en Chile, entusiasmada por haber realizado este proyecto y feliz de hacer notar el montañismo chileno. “La finalidad de esta aventura era motivar a más personas de mi género y siento que lo conseguí. He recibido varios comentarios de chicas que están partiendo y que quieren empezar a hacer más cosas de altitud. Ahora busco subir más ochomiles y esta perspectiva que me pone muy contenta”.
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