Rando Camp 2019: un encuentro amistoso en un paisaje soñado
Este año, un invierno tímido y seco en la zona central hizo que buscásemos mejores condiciones para celebrar nuestro encuentro de camaradería y ski de travesía. ¡Y las encontramos! La Laguna del Maule fue nuestro anfitrión.
Como ya es tradición, cada año nos reunimos durante 3 días para vivir momentos de compañerismo en torno a la pasión que nos mueve: la progresión en randonnée, el ski fuera de pista y los conocimientos asociados a este deporte. En el pasado nos congregamos en el Valle de las Arenas, en el Cajón del Maipo. «Pero este año quisimos darle un cambio radical al evento», comenta José Tomás («Coto») Labrín, instructor de ski y uno de los organizadores. «Para esta tercera versión buscamos un punto más cercano a los esquiadores del sur y después de revisar mapas, condiciones de nieve y contacto con otras zonas, ¡la Laguna del Maule fue el nuevo destino para recibir a los 10 ganadores del concurso por un pase al Rando Camp!»
Así, nos trasladamos al Paso Pehuenche, en la frontera con Argentina, en uno de los sitios con mayores precipitaciones del país. Allí encontramos un sitio paradisíaco que conserva la nieve polvo y que, además, ante su gran extensión, nos permitió encontrar laderas por las que nadie había pasado. Así que la movida fue: ¡llegar y rayar!
EL OBJETIVO
Pero más allá de la adrenalina del minuto, lo que busca el Rando Camp es poder transmitir experiencia y educación: en este encuentro, los participantes ejercitaron el armado de un campamento invernal y aprendieron técnicas de avance en montaña con la mayor seguridad posible, además de lectura de terreno y maniobras de rescate en avalancha. «Lo que logra este evento», según Patricio Jarpa, Marketing Manager de Andesgear y Marmot, «es que todos disfrutemos de una buena salida de randonée, bien guiada y bien segura. Por eso, la marca Marmot (presentadora del evento) no busca necesariamente las líneas más grandes ni las más agresivas ni las más difíciles, sino poder disfrutar de la amistad y de la camaradería al aire libre y, a la vez, se enseñan tips que probablemente no muchos conocen. Por ejemplo, desarrollar de manera técnica la vuelta de María en ascensiones más complejas o cómo poder sacar las pieles sin bajarse de los skis». Para mejorar las técnicas de descenso o para aprender a aumentar la velocidad en los desplazamientos en medio de terrenos montañosos, el Rando Camp contó con instructores especializados. En este contexto, resultó fundamental la experiencia de Cordillera Blanca y, especialmente, de la atleta Rosario Toro, instructora del curso de avalancha AST1, y de su hermano Luis.
DÍA 1
Todo partió el día viernes 26 de julio a las 7:00 hrs. «Partimos cargados con domos, carpas, premios, comidas y con todas las ganas de esquiar. Los participantes, por su parte, tenían que llegar a las 14:00 a la Aduana del paso fronterizo», explica Coto. Así se juntó un grupo variopinto que reunió gente de Santiago, Chillán, Pucón y Osorno. Fueron recibidos todos en el campamento que constaba de un domo Marmot Lair a modo de comedor, un domo para dormir, 2 carpas Thor (para 2 personas) y 1 carpa Hammer (para 2 personas).
Sin perder el tiempo, Coto lideró una pequeña «randoneada» con los primeros 6 participantes. Luego de abrir huella por nieve polvo durante 1 hora aproximadamente, llegaron todos felices a la primera cumbre del Rando Camp, alucinando con el paisaje y los colores que ofrecía la Laguna del Maule. «Con una sonrisa gigante después de esquiar, llegamos de vuelta al campamento, al igual que los últimos participantes y así dimos el inicio oficial al Rando Camp«.
DÍA 2
Luego de una noche muy fría, la alarma sonó a las 7:45 hrs. Entonces todos comenzaron a salir de sus sacos y se dirigieron al domo comedor para desayunar y compartir las primeras impresiones del lugar. A las 9:00 hrs ya estaban todos equipados con sus nuevas mochilas Eiger42 de Marmot, parte del premio otorgado a los concursantes.
Entonces Rosario y Luis dieron una charla sobre ski backcountry. «Primero nos contaron los pasos a seguir ante una posible avalancha», recuerda Coto. También explicaron cómo se debía reaccionar ante una situación semejante a esa y a cada participante se le otorgó una tarjeta de «búsqueda y rescate en avalancha». Luego, los miembros del grupo chequearon sus implementos (transmisor, pala, sonda y casco) y realizaron diferentes ejercicios prácticos.
A continuación, Rosario Toro lideró al grupo y abrió una huella en nieve polvo durante 2 horas y media hasta pisar la cumbre de una colina. Coto recuerda que la felicidad en la cumbre fue «enorme», aunque también presentó un desafío: el cerro tenía pendientes de hasta 38 grados de inclinación en su parte más alta, por lo que «hubo momentos técnicos que complicaron a más de alguno. Pero, finalmente, con la ayuda de los instructores, todos lograron pasar con éxito». En la cumbre permanecieron alrededor de media hora con excelentes condiciones climáticas. Cada uno aprovechó de comer algo y de hidratarse. Los mates «El Buen Pastor», de regalo para cada integrante del Rando Camp, añadieron un toque especial.
En ese momento, Coto realizó una charla técnica de ski, revisando la posición base del esquiador, cómo afrontar diferentes pendientes y cómo esquiar fuera de pista de manera controlada. ¡Y entonces hubo que poner todo eso en práctica, en una bajada de 600 metros de nieve polvo!
A esa felicidad siguió otro recorrido en skis. Y entonces, con el cansancio acumulado, dieron paso a uno de los mejores momentos del Rando Camp: compartir anécdotas, hamburguesas y cervezas Mestra, con sus tres diferentes sabores (Lager, Ambar y Scotch Ale).
DÍA 3
La noche fue un tanto más agitada debido al viento que rugía con bravura. Pero, de todos modos, a las 8:00 hrs ya estaba todo el grupo preparando sus desayunos para iniciar una nueva jornada. Fue Luis Toro quien se encargó de abrir la huella en esta ocasión y todos le siguieron el paso.
Coto recuerda lo siguiente: «el cansancio ya se hacía notar en las piernas y también la falta de sueño. Pero entonces salió el sol y las ganas de lograr otra cumbre fueron mayores a la fatiga. ¡Eso nos dio a todos la fuerza para continuar y lograr nuestra cuarta cumbre en Laguna del Maule!»
El viento, sin embargo, aumentó, por lo que la pausa en la cumbre fue más breve. «Los primeros 150 metros los fuimos bajando de a uno», comenta Coto, «ya que la nieve estaba un poco «venteada». Pero luego de eso vino el momento peak del evento: el dron se elevó, los instructores revisaron las condiciones y todos se ordenaron en grupos de a cuatro con una leve separación entre ellos. ¡Entonces nos tiramos todos al mismo tiempo por una ladera enorme de 500 metros de nieve polvo, sin parar hasta abajo! Fue realmente un momento increíble… 13 personas disfrutando y sintiendo prácticamente lo mismo, una fascinación por la nieve, la montaña y la naturaleza. ¡El cansancio y el esfuerzo ya habían quedado atrás y ahora sólo quedaba un momento de felicidad grupal!»
Alrededor de las 12:30 hrs, el grupo volvió al campamento con una muestra de satisfacción estampada en el rostro. Entonces procedieron a ordenar su equipo y a dejar limpio el lugar. Así concluyó este evento que entregó una experiencia única a cada uno de los participantes. Estamos felices de que todo terminara sin ningún incidente. Como afirmó Coto, «¡en la montaña la seguridad es lo primero!»
LA FIESTA SIGUE…
En definitiva, se trató de una gran instancia de generosidad y amistad en la nieve, en medio de un paraíso como lo es la Región del Maule. ¡No te pierdas el evento del próximo año! Rodrigo Vera, guía e instructor de montaña, ha sugerido la idea de que el Rando Camp 2020 se realice en Pucón, donde está la opción de efectuar un ascenso al volcán Quetrupillán. Ese escenario suena atractivo porque allí se cruzan bosques y pendientes de diferentes tipos. ¿Te sumarás al próximo evento…? ¡Te estaremos esperando!
Agradecimientos especiales a José Tomás «Coto» Labrín, Patricio Jarpa y Rodrigo Vera.
Fotografías por Coto Labrín, Belén Berríos, Matías Pinto, Rodigo Vera y Javier de Iruarrizaga.
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