Nieve inestable: lo que debes saber antes de salir fuera de pista

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Descripción: Una persona esquiando por una pendiente nevada.

Este invierno ha sido extraño en la zona central. En general, ha sido seco, con una que otra tormenta intensa, pero también con altas temperaturas (incluso hubo momentos por sobre los 20°C) y mucho sol. Todo eso ha llevado a que el manto de nieve esté muy inconsistente y, por lo mismo, inseguro.

Durante una salida de esquí, Helene Manche -una francesa radicada en Chile- descubrió una fractura de placa en la zona de Santa Tere, Colorado. Dada su amplia experiencia en estos temas (Helene es una mujer apasionada por los deportes outdoor y la montaña), decidimos entrevistarla al respecto. Y las luces que arroja en sus respuestas son muy relevantes a la hora de entender por qué pasan estos fenómenos de alto riesgo para esquiadores y montañistas.

¿POR QUÉ LA NIEVE SE VUELVE INESTABLE?

«Son múltiples los factores que provocan la inestabilidad del manto. En general, son dos los factores clave que deben ser considerados: por un lado, la constitución de los granitos de nieve y, por otro, la cohesión de esos granitos entre ellos y entre las capas de nieve. En ello influye la temperatura, el sol, el viento, la cantidad de nieve caída, la duración del episodio nivoso, la presencia o no de otras capas de nieve, su estado, el relieve y las pendientes.

«En el caso de Santa Tere, las fotos las tomé luego del segundo temporal en la zona (30 de junio de 2019). La primera capa se había asentado ya. La segunda capa consistió en 30 cm que cayeron en poco tiempo con temperaturas bajas y poco viento. Eso permite elucubrar varias hipótesis. Lo que observé 24 horas después del episodio nivoso es que la segunda capa no se había cohesionado y se deslizaba sobre la primera capa más estable».

Desde luego, para saber con exactitud qué está pasando con la nieve se requiere de un estudio mucho más completo, el que incluye el ejercicio de analizar perfiles de nieve para saber acerca de su constitución y hacer pruebas (como un test de compresión extendido). «Sin eso», afirma Helene, «solo podemos generar especulaciones». Ahora bien, es muy probable que estas fisuras se generen debido a tensiones máximas que el manto de nieve no es capaz de aguantar. Esa tensión suele producirse por el relieve de la zona. «La incapacidad del manto nivoso para aguantar esa tensión se produjo probablemente por la relativa falta de cohesión de la capa de nieve recién caída».

SUGERENCIAS Y PRECAUCIONES

Las medidas que se han de tomar ante situaciones como ésta son múltiples, porque en cualquier minuto podría desencadenarse una avalancha. De manera general, la sugerencia básica es observar los indicios naturales que nos rodean cuando practicamos ski o snowboard freeride o backcountry. La naturaleza aporta, pues, señales que, gracias a la experiencia y un ojo entrenado, nos permiten analizar escenarios y posibles desenlaces.

Helene nos recomienda nunca salir solos al terreno virgen y, ante todo, preocuparse por tener una adecuada formación en temas de avalancha y comportamiento de la nieve, técnicas invernales, rescate y primeros auxilios. «Cada salida es una ocasión para aprender más». Por eso, conviene salir también con personas con más experiencia.Ante este hecho puntual de Santa Tere y la fractura de placa en una zona en la que abundan las cornisas (nieve depositada por traslación, producto del viento), Helene es enfática: «una cornisa siempre debe considerarse como una zona con un alto riesgo de avalancha. Nunca hay que quedarse por debajo de una cornisa. Si queremos bajar por una cornisa, debemos asegurarnos de que tenga una estabilidad mínima como para soportar nuestro peso y hay que bajar de a uno. Ahora bien, si la cornisa ya tiene fisuras, es un indicio de que el riesgo de avalancha es máximo y, por lo tanto, hay que buscar otra ruta. En el caso de la cornisa de Santa Tere, me parece importante hacer un llamado de máxima precaución: no debemos tirarnos por ahí durante toda la temporada 2019. La zona más arriba de Santa Tere está llena de múltiples fisuras (por arriba y por abajo de la cornisa) y todo eso ha quedado tapado con la última nevada y las próximas que caigan. Por lo mismo, el riesgo máximo de avalancha no ha desaparecido, sino todo lo contrario».

Como es sabido, las avalanchas suelen desencadenarse en pendientes de entre 30 y 45 grados de inclinación y bastan sólo 25 cm de nieve para ello. Helene, esta eximia esquiadora freeride y practicante del randonnée, nos invita a estar alertas con respecto al manto nivoso en esta temporada de altas temperaturas y mucho sol, para no ser la gota que colme el vaso y desencadenar, así, una avalancha que podría ser mortal.

RECOMENDACIONES:

  • Nunca salgas solo.
  • Porta siempre tu equipo completo (casco, transmisor, pala y sonda).
  • El equipo no sirve de nada si no sabes usarlo. Por eso, capacítate en temas de avalancha. «El mundo de la montaña siempre exige más conocimientos», en palabras de Helene. ¡Nunca termines de aprender!
  • Analiza el terreno, el manto de nieve y el clima. Comparte tus observaciones con los miembros de tu grupo. Constantemente debes actualizar esas observaciones y volver a evaluar tu seguridad. El nivel de riesgo cambia con cada paso que das; se relaciona directamente con tu posición en el terreno.
  • En caso de incertidumbre, aumenta tu margen de seguridad.

Agradecimiento especial a Helene Manche (@chasquillaveloz).

Foto de portada por Francisco Jara @panchojarafoto


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