Mujeres que viajan solas

En bici, a dedo, en velero, en auto, en colectivo; por Sudamérica, Europa, África, Asia; a veces más acompañadas de las convenciones sociales de su cultura, a veces menos; en la Antigüedad, en el siglo XIX, hoy en día: las mujeres viajan solas en todos los medios de transporte, por todo el mundo y desde hace siglos.

¿Te gustaría viajar sola? ¿Qué lugares te gustaría conocer? ¿Qué te gustaría experimentar? ¿Con qué palabra definirías el viaje que buscas? Podría ser “silencio”, “adrenalina”, “museos”, “ríos”, “gastronomía”, “bosques” y “estrellas”, por ejemplo. Tener esas preguntas en mente nos ayuda a elegir un lugar y tipo de viaje.

¡Una viaje es un momento zen, una meditación en movimiento! Foto: Nati Bainotti.

ALGUNAS IDEAS PARA ANIMARTE A VIAJAR SOLA

1. Haz un viaje de prueba

Si quieres irte sola varios meses y no estás segura de cómo te sentirás, puedes hacer una escapada de algunos días, ya sea a algún lugar nuevo o, si te da más seguridad todavía, a algún lugar que ya conozcas. Empezar de a poco y cerca siempre es una buena idea.

2. Habla con mujeres que ya se hayan ido de viaje.

Pide referencia y experiencias a gente que, justamente, tenga experiencia, no a tu vecina que nunca salió de la ciudad y ve noticias todo el día. Parece lógico, pero a veces ni nosotras tenemos total autoconfianza en lo que queremos hacer y lo comentamos con gente que solo nos tira miedos y preocupaciones, lo cual no suma. Procura que tu ambiente te acompañe en lugar de frenarte. Esto también incluye leer y seguir a mujeres que viajan solas.

3. No te sobre-adaptes

Viajar requiere una adaptación constante al medio y a otros. Exigirnos ser “aventureras”, acampar solas o hacer todo por nuestra cuenta, por ejemplo (solo por creer que eso significa viajar sola o que da más valor a nuestro viaje), solo nos generará estrés. Y esa no es la idea.

La especialidad de Nati es viajar en bicicleta, de forma autónoma. Ella, sin embargo, siempre encuentra gente bien dispuesta en su camino que le ayuda a llegar más lejos. Foto: Nati Bainotti.

4. Es normal tener miedo

Si estás esperando tener paz y certeza total para salir de viaje, seguramente nunca sucedará. Hace 12 años viajo sola y todavía hoy cada nuevo viaje me enfrenta a nuevos miedos. Al igual que la alegría y la tristeza, el miedo es una más de las tantas emociones que sentimos. Puede sonar cliché, pero no por eso menos cierto: no se trata de esperar a no tener miedo, sino de hacerlo con miedo. Decirte a ti misma “tengo miedo, pero lo haré igual”, puede ser una buena forma de entrenar nuestra mente para que entienda que no es una cosa u otra, sino ambas, y que pueden -y deben- convivir.

5. Diferencia el miedo a la incomodidad

Ciertos miedos son esperables, pero a veces confundimos la incomodidad y resistencia ante nuevas situaciones con miedo. Cuando sientas que algo te da miedo, pregúntate: ¿es miedo o te resulta incómodo porque nunca lo hiciste y te desafía?

Lugares radicalmente opuestos a lo que conocemos y aquello con lo que estamos familiarizados puede descolocarnos. Pero eso que sentimos, ¿es miedo o incomodidad? Foto: Diego Jiménez.

6. Aunque te vayas sola, eso no significa que vayas a estar sola

El viaje te cruza con gente constantemente, dependiendo del tipo de viaje que hagas, ya sea en hostels, campings, tours, la ruta o casas de familia a las que llegues. A veces encontrarás tanta gente que, incluso, vas a querer estar sola un rato. Viajar sin compañía te hace incluso más propensa a que la gente se acerque a hablarte, y a tú misma te vas a acercar a otros para compartir.

7. No tienes que resolverlo todo sola

Esto va unido al punto anterior. Que viajes sola no es muy diferente a cuando estás en tu pueblo, en tu ciudad, en tu casa, donde recurres a otras personas cuando necesitas ayuda, cuando se rompe algo que no sabes arreglar y en el caso de alguna duda. Te vas sola de viaje, no te has transformado en superpoderosa.

Hornopirén, Región de Los Lagos. Foto: Nati Bainotti.

8. Confía en tu intuición

Por más obvio que suene, esto es fundamental. Si no nos sentimos cómodas, es motivo más que suficiente para irse. Es preferible quedarse con la duda a que confirmarla.

9. Todo tiene solución

¿Y si me siento mal? ¿Y si extraño? ¿Y si me quiero volver? ¿Y si no sale como esperaba? Puedes llamar a una amiga o amigo en quien confíes y sepas que va a validar lo que sientes y eso te ayudará. O también puedes animarte a explorar eso que sientes (y llorar, pintar, escribir, meditar, caminar o lo que creas que te haga bien); puedes conversar con otra persona que esté viajando para saber si también pasó por lo mismo. Y siempre te puedes volver. Está bien también.

7 LUGARES PARA VIAJAR SOLA EN CHILE

Chile es un país en donde podemos viajar solas con relativa tranquilidad y comodidad. Para un primer viaje, además, los lugares preparados para el turismo son una excelente opción, ya que nos dan la tranquilidad de poder resolver cuestiones como alojamiento y transporte de forma sencilla. Acá, siete ideas para viajar sola:

• 1. Lago Llanquihue y Cochamó

Conocer el segundo lago más grande del país es una excusa y una puerta para subir el volcán Osorno, conocer los Saltos de Petrohué y caminar por la Reserva Nacional Llanquihue. Se puede hacer base en Las Cascadas y luego ir hacia Cochamó, Puelo y cruzar en ferry el Estero de Reloncaví, para conocer el Parque Nacional Alerce Andino. Hacer la vuelta al lago Llanquihue en bici también es una linda opción (ver recorrido acá).

Puerto Octay es un pueblito ubicado a orillas del lago Llanquihue que mantiene la arquitectura de los colonos alemanes.

• 2. Atacama

Géiseres, volcanes, desierto, lagunas, flamencos, dunas para acercarnos a un paisaje donde la inmensidad y el vacío tiene fuerza. San Pedro de Atacama es la base donde dormir (hay alojamiento para todos los gustos) y contratar las excursiones para conocer cada lugar. Incluso puedes tomar una excursión para cruzar a Bolivia y conocer el salar de Uyuni.

Laguna Chaxa, desierto de Atacama. Foto: Alex Wolowiecki.

• 3. Pucón

Una buena base para alquilar una bici y recorrer los alrededores, como los Ojos de Caburgua, ir a caminar por el Parque Nacional Huerquehue o subir el volcán Villarrica.

• 4. Carretera Austral

Hacer esta ruta tan emblemática en auto, en moto o en bici es una experiencia que te acerca a lo más exuberante de la naturaleza. Para empaparse los ojos y la piel de fiordos, bosques, lluvia, ríos color turquesa y verdes intensos.

• 5. Isla de Pascua

Si bien dicen que tres o cuatro días alcanzan, dedicarle algunos más intensifica la experiencia y la conexión con el lugar. No es solo ir a ver los moai que están en toda la isla: vale recorrer con calma, darse una tarde para simplemente sentarse a observar el mar, hacer buceo, conocer la historia del lugar, estar en silencio e imaginarse lo que fue vivir allí antes.

¡Que el viaje sea también una oportunidad para hacer algo diferente! En Isla de Pascua, por ejemplo, puedes aprender a bucear o hacer surf. Foto: Nati Bainotti.

• 6. Valparaíso

Recorrer los cerros, conocer las casas de Pablo Neruda, fotografiar murales, conocer la vida nocturna. Ideal para una escapada de algunos días y disfrutar la cultura y el arte.

• 7. Chiloé

Si te interesa tanto la naturaleza como la cultura y las tradiciones, el archipiélago de Chiloé puede ser una buena opción. La calidez de su gente, los paisajes, la mitología, la arquitectura de sus casas e iglesias, la comida y la artesanía típica van a enhebrar tus días mientras conozcas los pueblos, parques y ciudades de sus islas.

Valparaíso, una ciudad para caminar durante horas. Foto: Bailey Hall.

PLANIFICA TU VIAJE

¡Te invitamos a revisar nuestras listas de equipamiento para empezar a organizar ese viaje que tienes en mente! Encuentra las checklists acá.

Viajar en bici, en palabras de Nati, une movimiento, viaje y naturaleza. Foto: Nati Bainotti.

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Foto de portada: Holly Mandarich.