Los 14 ochomiles: ¿desafíos sin límites?
Juan Pablo Mohr logró batir récord en Chile. Hazaña que se suma a otras a nivel mundial, donde escaladores desafían la altura con osadas expediciones.
Juan Pablo Mohr logró hacer historia en Chile al ser el primer montañista que sube el Everest sin oxígeno. Hazaña que se suma a otras a nivel mundial, donde escaladores desafían la altura con osadas expediciones. Y es a partir de ello que nace la pregunta por qué apasiona tanto un 8 mil.
Oficialmente existen 14 cimas a nivel mundial que superan los 8 mil metros de altura sobre el nivel del mar, las cuales se encuentran en Asia, distribuidas entre las cordilleras del Himalaya y Karakórum, y los países de Nepal, China, India y Pakistán. Imponentes y ancestrales montañas que se han convertido en el desafío de muchos escaladores a lo largo de la historia, hasta el punto de querer innovar en sus ascensiones, muchas veces exponiendo hasta sus propias vidas.
En Chile, durante estas últimas semanas hemos recibido buenas noticias de apasionados montañistas, que han alcanzado algunas de estas altas cumbres. Fue el caso, en primera instancia, del empresario y montañista Hernán Leal, el pasado 14 de mayo, en el Kanchenjunga (8.586 msnm) de Nepal, quien logró convertirse en el primer chileno en llegar a la cumbre de la tercera montaña más alta, acompañado de sherpas y con oxígeno. En ese mismo día Rodrigo Vivanco habría alcanzado la cumbre sin oxígeno, pero en el descenso se le perdió el rastro y no se sabe de él hasta el día hoy lamentablemente.
Posteriormente el 16 de mayo a las 3:45 am hora de Chile, el deportista de North Face, Juan Pablo Mohr, llegó hasta la cuarta cima más alta del mundo, el Lhotse (8.516 msnm) sin sherpas ni oxígeno suplementario, coronando su primera cumbre, en el marco de su proyecto de lograr cinco 8 miles en aproximadamente 100 días (5x8000x100 = Lhotse, Everest, Kanchenjunga, Gasherbrum I y Gasherbrum II). Alcanzando su segunda cumbre el día jueves 23 de mayo, donde marcó un hito en la historia del andinismo nacional, tras subir el Everest en modalidad deportista (sin oxígeno extra) por el Collao Sur, en Nepal.
El mismo 23 de mayo las montañistas nacionales Paz Ibarra y Carmen de Castro, también llegaron hasta la cima del Everest por la ruta del Collado Norte (Tíbet), siendo la tercera expedición de mujeres que logran superar el desafío de los 8.848 msnm.
Loables ascensiones, que se siguen sumando a los registros nacionales de los grandes logros montañeros. Donde grandes acontecimientos se han venido testimoniando desde la década de los 90′ (y un poco antes), hasta nuestros días, en que una generación de nuevos montañistas se han aventurado a ambiciosos proyectos. Asimismo, hay que tener en cuenta que las condiciones no son comparables, en cuanto al sistema de equipos y tecnologías con que se contaba antes y ahora.
Admiramos estos retos y grandes logros, pero, como nombrábamos al principio, también nos lleva a hacernos a algunos cuestionamientos sobre los límites, riesgos, y el real valor que tiene subir una de estas cumbres. Hecho puntual que resurgió el debate, fue la noticiosa fotografía de la gran fila de escaladores que esperaban para atacar la cumbre del Everest, lo cual cobró varias vidas.
A continuación, vamos dando claridad a algunas cosas.
¿Cuáles son estos 14 ochomiles?
Everest: 8848 msnm (China/Nepal). K2: 8611 msnm (China/Pakistán). Kanchenjunga: 8586 msnm (India/Nepal). Lhotse: 8516 msnm (China/Nepal). Makalu: 8463 m (China/Nepal). Cho Oyu: 8201 msnm (China/Nepal). Dhaulagiri: 8167 msnm (Nepal). Manaslu: 8163 msnm (Nepal). Nanga Parbat: 8125 msnm (Pakistán). Annapurna: 8098 msnm (Nepal). Gasherbrum I: 8068 msnm (China/Pakistán). Broad Peak: 8047 msnm (China/Pakistán). Gasherbrum II: 8035 msnm (China/Pakistán) y Shisha Pangma: 8027 msnm (China).
¿Cuál fue el primer ascenso de un ochomil?
El primer ascenso exitoso fue el de los franceses Maurice Herzog y Louis Lachenal, quienes alcanzaron la cima del Annapurna el 3 de junio de 1950.
¿Y en Chile?
El 9 de junio del año 1979 los montañistas Gastón Oyarzún y Claudio Lucero lideraron la primera expedición al Himalaya, donde tras una dura ascensión, alcanzaron la cumbre del Gasherbrum II (8.035 msnm). Hecho que años más tarde fue cuestionado por un grupo de montañistas, quienes pusieron en duda el que el desafío había culminado con éxito.
¿Quién subió primero el Everest?
Fue un 29 de mayo de 1953 donde el alpinista neozelandés Edmund Hillary y el sherpa nepalí, Tenzing Norgay coronaron la cumbre. Aunque otra parte de la historia dice que el británico George Mallory habría llegado 29 años antes, pero no existe registro que verifique esto hasta el momento.
La japonesa Junko Tabei se convirtió en la primera mujer que alcanzó la cima del Everest el 16 de mayo de 1975.
El primero en solitario y sin oxígeno, el italiano Reinhold Messner (1980).
¿Y en Chile?
El 15 de mayo de 1992, cuatro chilenos alcanzan por primera vez esta cumbre, Cristián García-Huidobro (UC), Rodrigo Jordán (UC), Mauricio Purto (Club Alpino) y Juan Sebastián Montes (UC). Nombrados por orden de llegada, donde Purto iba en una expedición diferente. Y el año 2001, en el marco de la expedición “Chilenas al Everest”, Patricia Soto fue la primera montañista en pisar la cima junto a Vivianne Cuq, Cristina Prieto y Andrea Muñoz.
En el caso de la ascensión sin oxígeno, pionero es el joven montañista y escalador Juan Pablo Mohr, quien logró la alta cumbre el pasado 23 de mayo en esta modalidad deportiva y sin ayuda de sherpas.
¿Por qué subir un 8 mil?
A pesar de que estas decisiones son retos personales y también comerciales, hay que decirlo, quien vive del montañisto como pasión o deporte, siempre querrá ir por más, y cada vez que se le presente la oportunidad de superarse, aceptará el reto si se considera con las capacidades. Es parte de la esencia del ser humano, creer que no hay imposibles, y aunque se puede abrir el debate sobre si actualmente se trata de real montañismo, turismo o simple ego subir un ocho mil, digamos que si hay coincidencia en que la experiencia en aquellos lugares es única. Cuando a Mallory se le preguntó ¿por qué subir montañas?, él dijo simplemente “porque están ahí”.
¿14 ochomiles sin oxígeno?
Esta proeza la logró por primera vez el italiano Reinhold Messner, quien, en el año 1978, junto al austríaco Peter Habeler ya habían sido los primeros en ascender el monte Everest sin oxígeno. Luego en 1980 repitió el ascenso solo, convirtiéndose en el primer hombre en concluir esa hazaña. Y la austriaca Gerlinde Katenbrunner, en agosto del 2011, tras finalizar su cumbre en el K2, logró completar el proyecto de los 14 ochomiles sin oxígeno.
¿En Chile?
Aún no hay nadie que lo haya realizado el desafío completo, pero quizás no se esté lejos este reto.
Hay que recordar, por nombrar algunas de las grandes expediciones de los últimos años, que en el 2015, los jóvenes, Martín Gildemeister, Tomás Vial y Rafael Matte lograron la cima del Gasherbrum II, más conocido como G2 (Pakistán), tras dos meses de travesía sin oxígeno suplementario ni porteadores. Modalidad que luego en el año 2018 Gildemeister y Matte repitieron cuando llegaron a la cumbre central del Shisha Pangma, convirtiéndose en los primeros chilenos que consiguen ascender la decimocuarta montaña más alta del mundo.
También en mayo del 2017 el mismo Juan Pablo Mohr junto a Sebastián Rojas celebraban en la cima del Annapurna (8.098 msnm), siendo pioneros en ello. Posteriormente en el 2018, Juan Pablo subió el Malasnu y Sebastián llegaría a lo más alto del Broad Peak.
Para este año, quien ya está apostando, y avanzando a pasos agigantados en este terreno, es Mohr, quien en poco tiempo ya logró alcanzar dos de las cinco cumbres más altas que se propuso. Ahora descansa en las alturas, para pronto retomar la hazaña, y si el resultado es exitoso podría batir un récord, aunque él discrepa en esto, ya que señala que su motivo es principalmente la pasión por la montaña.
¿Cuáles son los riesgos de subir sin oxígeno?
Solo un pequeño porcentaje de escaladores realiza las ascensiones a estas montañas de más de 8 mil metros sin oxígeno. Donde debe existir un periodo de entrenamiento y aclimatación que le anteceda. Y el riesgo principal está en que entre menor sea la presión atmosférica, menor es la presión de oxígeno. Por lo que, a mayor altura, el cerebro va perdiendo oxigenación, disminuyendo también la capacidad motora y de razonamiento. Por ejemplo, en la «zona muerta», antes de llegar a la cumbre del Everest, el tiempo es limitado, ya que se está en los 8 mil y el oxigeno es escaso, y si existe una larga espera, el montañista puede sufrir graves consecuencias. incluso la muerte, sumado a las temperaturas bajo cero a las que está expuesto.
La falta de oxígeno puede llegar a producir en el ser humano una hipoxia, acompañada de algunos síntomas como alucinaciones o euforia. Es más. ya desde aprox. los 3.000 metros se corre el riesgo de padecer «mal de altura».
Las historias de grandes retos son interminables, y que se seguirán escribiendo en Chile y a nivel mundial. Cada día estamos conociendo nuevas noticias de andinistas que alegran o impactan. Lo importante es saber conocer los propios límites. Todo desafío conlleva riesgos, por lo que priorizar la seguridad y responsabilidad es primordial, sobre todo en altura. Por otra parte, el debate se vuelve amplio, en cuanto a los propósitos que le impulsan a cada persona por querer subir estas ancestrales montañas.
Por ahora solo nos queda aplaudir los grandes logros y seguir apoyando a nuestros montañistas nacionales en sus importantes proyectos de cumbres.
“Un ochomil solo te pertenece cuando has vuelto abajo; mientras tanto, tú le perteneces a él”. Kurt Diemberger, alpinista austriaco.
Si quieres seguir los pasos del montañista chileno, Juan Pablo Mohr te invitamos a seguir en enlace de su GPS AQUÍ
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