La aventura familiar de verano: combustible para el año

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Descripción: Una familia aventurándose en las montañas cerca del lago Taupo, Nueva Zelanda durante el verano.

Planearla con ansiedad, saborearla con anticipación, gozarla a concho y emocionarse con las fotos por el resto de la vida.

No sé si les pase a todos, esta necesidad de vivir intensamente el verano. Para mí es más necesario que decir “feliz año nuevo”. No puedo abrir un nuevo ciclo sin una experiencia familiar gratificante en la naturaleza estival. “¿Será normal o anormal?”, me pregunto con los Chancho en Piedra (para los cuarentones). Al final, tampoco importa porque a mi marido le pasa lo mismo y juntos nos soñamos las futuras aventuras.

Los Dientes de Isla Navarino, las Lagunas Gemelas en la playa Colún de la Reserva Costera Valdiviana, una semana en el camping en el Parque Pumalín, trekking al mirador del Colmillo del Diablo en la Reserva Villarrica, la laguna Cochor, el glaciar Pichillancahue …. ¿Qué tuvieron de especial? Que fuimos con nuestros hijos, que fue difícil y que lo gozamos. Es una cicatriz que no se borra. Y la satisfacción va en directa proporción con el esfuerzo que nos requirió lograrlo.

mapa

Muchas aventuras empiezan con un mapa y una pregunta: “¿qué habrá por aquí?”. Foto: Ignacia Rojas.

Lo reconozco, tal vez estamos un poco locos. Pero nos encanta. Es lo que somos, nuestra identidad, lo que mantiene a la tribu unida, motivada y focalizada. Es un tema común que nos da sentido. Yo siempre digo que hay familias que bailan, familias que hacen sobremesa, familias que ven películas y familias que cocinan. La nuestra pasea.

¿Qué identidad le quieres dar tú a tu familia? ¿Qué historias y recuerdos quieren construir? Foto: Ignacia Rojas.

Salimos solos, al menos por diez días, a algún lugar sin señal de teléfono, de preferencia sin luz y en una carpa. Ese es el verano perfecto. Pero somos flexibles, cada vez más con estos adolescentes electrificados. 5 días es el mínimo; amigos y familiares están siendo bienvenidos. Las comidas son cada vez más sofisticadas… la luz sigue out de preferencia. Vamos evolucionando.

Isla Navarino fue un hito importante para estos niños de 10 y 8 años que completaron el circuito. Foto: Ignacia Rojas.

Tratamos de no tomarnos demasiado en serio con esto de la aventura familiar. Al menos el aspecto deportivo. Creo que los dos, mi marido y yo, sospechamos que podríamos llegar demasiado lejos. Hemos circundado esos terrenos y no queremos caer ahí. Acarrear a los niños como carga, sobre exigirlos o exhibirlos como trofeo en la cumbre es algo que puede pasar si no se tiene cuidado.

Una expedición en kayak por dos días con todo el equipo a cuestas es una de las aventuras más recomendables que Ignacia ha experimentado junto a su familia. Requiere de cierta capacidad física y niños idealmente mayores de 7 años. Foto: Ignacia Rojas.

Intentamos mantener el foco en la familia, en el grupo. Que todos lo pasemos bien – en promedio. Y digo “promedio” porque somos 6, y la estadística (y la política) dicen que siempre habrá algún disconforme. Tratamos de navegar con eso y satisfacer al mismo tiempo nuestra sed de aventura.

No siempre son grandes hazañas. Pero sí son significativas para nosotros.

En invierno empezamos a planear cuál de nuestra lista para a top 1 del ranking. A veces aparece una nueva, completamente desconocida y se cuela directo a la delantera. Otros años las circunstancias cambian y nos vemos obligados a bajar las expectativas, los tiempos o el presupuesto. Aún así nos hemos arreglado para gozar cada uno de los 15 veranos que llevamos de paternidad. Aunque sea sólo un paseo por el día. La salida con sentido, planeada con cariño, disfrutada a concho no se olvida nunca. Y las fotos siguen aquí (¡benditos teléfonos!, tenemos tantas ahora), para revisarlas con la tribu, hacer recuerdos, crear mitos y leyendas.

La experiencia no necesita ser una gran hazaña, pero sí ha de ser significativa.

La lista futura sólo crece y no es secreta. La comparto acá para quien se motive a explorarlas a cambio de feedback al volver. Dice más o menos así: 4 días de rafting por algún río sureño y caudaloso, caleta Inío en el Parque Tantauco de Chiloé , una semana de camping en el Parque Patagonia, expedición por el Altiplano chileno, Cerro Castillo, campamento base del Monte San Lorenzo, valle del Río Olivares en el Cajón del Maipo. Eso por ahora. ¡Tan fácil!

Con la preparación, planificación y el equipo adecuado, se puede llegar muy lejos. ¡Casi sin límites!


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