El ABC del camping playero
Fácil, relajado y disponible todo el año: un destino familiar perfecto.
Acampar en la playa es muy fácil: no requiere de mucha planificación porque la entretención está siempre ahí en el mar, pero sobrevivir en el sol y la arena tiene su ciencia. ¿Cómo mantener la arena fuera de mi carpa? ¿Da mucho calor adentro de la carpa con el sol? ¿Dónde hago dormir siesta a mi guagua? Personalmente me cuesta eso de convertirse en una escalopa por días, pero los niños gozan y con algo de esfuerzo se sobrevive y se disfruta también.
Con montañas de ropa llenas de arena esperando ser lavadas escribo estos consejos con la memoria fresca, recién volviendo de una semana de campamento playero. Acá mis aprendizajes:
ARENA: POR TODOS LADOS
La pauta general, en mi opinión, es abrazarla, asumirla como parte del paseo, pero evitando que invada la carpa (y mi saco de dormir, sobre todo). Para mantenerla a raya: cubre piso en la entrada de la carpa y mini escoba para barrerla; cambios de ropa afuera de la carpa; una buena sacudida de pies de niños en la noche (el talco ayuda con la arena fina) y una ducha solar para enjuagues de emergencia con agua tibia.
OJO CON LA PIEL
La piel de las guaguas es delicada y sufre mucho si no se tiene cuidado. El quitasol es la primera recomendación, además del protector solar (para menores de 6 meses, consultar antes con un pediatra). Es vital contar con mucha crema anti coceduras porque la sal, la humedad y el roce de la arena pasan la cuenta (se puede reemplazar por aceite de oliva mezclado con sulfato de cobre, que venden en cualquier almacén de pueblo).
DISFRUTAR EL OCASO
La puesta de sol es siempre un momento mágico y uno de los beneficios de vivir a la intemperie es hacerse parte del paisaje. ¡Que no nos pille desprevenidos! Cometí ese error el primer día, justo cuando bajaba el sol se me ocurrió empezar a cocinar, duchar niñitas y perseguir a todos con instrucciones. Cuando terminé mi frenesí de orden ya era casi de noche.
AMANECER EN LA PLAYA
Esperar la salida del sol en la playa, en pijama, temprano, antes del desayuno, es mi actividad favorita cuando acampamos a la orilla del mar. Es un pequeño acto de rebeldía, hacer todo al revés por un rato. Hace bien y volvemos todos hambrientos a preparar con calma un gran desayuno.
TAREA EDUCATIVA
El mar chileno está vivo, lleno de aves, moluscos y peces. Enseñarle a nuestros hijos que esos seres tienen nombre es el primer peldaño hacia el amor a la naturaleza. ¿No sabes distinguir un piquero de un cormorán? Yo tampoco, la verdad, pero para eso se lleva un libro llamado “guía de campo”, o una app (o le preguntamos a mi marido que es el que sabe esas cosas).
EL TEMA “BAÑO”
Pipí en el baño. Se habla poco de esto, ¡pero es tan importante…! Hay pocas cosas más desagradables que un lugar al aire libre con olor a baño sucio. La regla es muy simple y corre para niños y adultos: si hay un baño disponible, es obligación usarlo. El olor sólo se va con la lluvia y puede durar días. Es una contaminación muy fea.
LIMPIEZA
Aunque es obvio, hay que repetirlo: recoger toda la basura, la propia y la de otros que encontremos ahí, es necesario para preservar el lugar y también para volver más placentera la experiencia de acampar ahí.
EQUIPAMIENTO
El único peligro del camping playero es el sobre equipamiento. Llevar demasiadas cosas es tentador, pero se convierte en una pesadilla: cargar y ordenar puede demorar el doble de tiempo.
La regla de oro es la siguiente: ¿lo voy a usar mucho? Entonces va. Pero si la respuesta es “sólo es un poco”, entonces se queda (si sólo es “por si acaso”, no tiene ninguna opción de ir).
Considera, además:
- Un tarp o toldo es difícil de instalar si no hay árboles, pero es útil tener una zona de sombra más amplia en el sector de camping. Cuando hay sol las carpas se convierten en un invernadero. Un quitasol para bajar a la playa también se agradece. Dato: hay autos adaptados al overland a los que se les puede instalar un toldo plegable desde el techo.
- La siesta es en la hamaca, no sólo la de los adultos, ¡la guagua también! Es, además, un columpio encantador para los niños más grandes, un espacio de lectura y relajo. Puro disfrute.
- Dos toallas distintas. Sí, dos. Una se lleva a la playa, la otra se intenta mantener prístina para la ducha y sacudirse la arena del cuerpo. Si se mezclan, sólo lograremos lijarnos.
- Abrigo: la costa chilena es ventosa y fresca. El cortaviento sirve para la garuga típica de la costa. Y una bandana se puede usar de gorro o para proteger los oídos delicados de los más chicos. Manga larga para jugar en la playa sin quemarse.
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