¿Cómo elegir el vestuario de montaña?

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Descripción: Un grupo de personas haciendo montañismo en una gran altura.

La correcta elección de nuestra vestimenta contribuirá a un óptimo desplazamiento y a la regulación de la temperatura corporal.

Lo primero que debemos entender en cuanto al vestuario de montaña es la teoría de vestimenta por capas, la que nos ayudará a resguardar nuestro cuerpo desde los pies hasta la cabeza.

Para poder elegir el vestuario de montaña de manera eficiente, separaremos nuestras prendas de vestir en capas. De manera genérica tendremos tres capas, válidas para el tren inferior y superior, incluyendo manos y pies. Su correcta disposición nos permitirá ir agregando, combinando o quitando capas para regular la temperatura corporal.

Enfrentar un gran desnivel se traduce en un enorme esfuerzo físico. Busca primeras capas que te mantengan seco. Foto: Max Villar.

Primera capa

La primera capa es la que va en contacto directo con nuestra piel y es la encargada de ayudar a que la humedad salga al exterior y seque lo más rápido posible, manteniéndonos confortables, abrigados y secos.

En esta capa encontramos materiales de estructura más liviana y ajustada, pensados para invierno o verano y con diferentes características y fibras de construcción, como lo son las derivadas del plástico (polipropileno) o fibras naturales (lana merino).

En cuanto a los tratamientos a las prendas, encontraremos que hay filtros UV, tecnología anti-olor, anti-mosquitos, confección de costuras planas, etc. Para el uso en montaña recomendamos el uso de poleras manga larga que nos mantengan protegidos de la radiación solar en las zonas más sensibles, como lo son el cuello y los brazos.

Segunda capa

La segunda capa corresponde a la que entrega abrigo ayudando a retener el calor corporal y facilitando la salida de humedad al exterior mientras nos encontramos desarrollando actividad física o simplemente descansando.

Las fibras más características son el polar, el relleno natural (la pluma) y el sintético (como el Primaloft o Napa). Recomendamos tener prendas con gorro y que estas permitan el uso de casco.

Tercera capa

La tercera capa del vestuario de montaña corresponde a las prendas que nos mantienen aislados de los elementos del entorno como la lluvia, la nieve y el viento. Esta tercera capa, interactuando en compañía de la primera y segunda, nos permitirá estar aislados y secos de manera que el sudor salga al exterior a través de diminutos poros evitando la condensación interior o a través de los cierres laterales.

Es de nuestra preferencia usar chaquetas y pantalones sin relleno interior. Recomendamos que la chaqueta permita el uso del casco. Dentro de los tejidos más famosos encontramos el Gore-Tex y tecnologías equivalentes que utilizan marcas como The North Face y Mammut.

A grandes altitudes encontrarás glaciares y ambientes muy inhóspitos.

Relleno y fibras

Dependiendo del lugar en el que se desarrolle la actividad convendrá más el uso de uno u otro relleno, pues no es lo mismo una ascensión en la Patagonia que en el norte de Chile, en donde la humedad cobra una gran importancia al momento de decidir cómo vestirnos. Otro detalle importante a considerar es la vida útil de nuestras prendas. Por lo general, las prendas de relleno sintético como el Primaloft necesitan menos atención al momento de ser lavadas y secadas.

La pluma tiene una gran capacidad de aislación y expansión en un bajo volumen y peso, pero se vuelve vulnerable en presencia de humedad: una chaqueta de pluma mojada nos será difícil de secar y perderá sus capacidades de aislación térmica, a diferencia de los rellenos sintéticos que pueden aislarnos incluso encontrándose húmedos. A su vez, son mucho más rápidos de secar.

Guantes

Un amante del montañismo siempre tendrá más de un par de guantes en su mochila. Lo ideal es usarlos según la actividad que se desarrolla para evitar el desgaste por mal uso. Recomendamos un liner delgado de polar para maniobrar cosas más pequeñas. Incluso permite usar teléfonos con pantalla dactilar gracias a las membranas compatibles con esa tecnología y también usar así la cámara fotográfica.

Para cuando se camina de noche o con frío, aconsejamos unos guantes más gruesos que permitan manejar la cuerda, hacer nudos o maniobras. Cuando nos dirigimos a una cumbre, son preferibles unos de relleno sintético con aislación de Gore-Tex por si llueve o cae nieve. Y siempre en caso de emergencia son necesarios unos mitones, los que también pueden ser con relleno de pluma. Puede pasar que la temperatura descienda drásticamente y si nos movemos lento agradeceremos tener unos buenos guantes de abrigo.

Es importante entender que los guantes deben quedarnos cómodos, nunca apretados y deben permitir maniobrar diferentes elementos como los crampones sin tener que sacárnoslos de nuestras manos. Revisa nuestra guía de guantes para más información haciendo click en la guía de guantes Andesgear.

Para una expedición se recomienda llevar al menos tres pares de guantes: liners, de abrigo y mitones. Foto: Elise Giordano.

Calcetas

El motor de nuestros pies son unas buenas calcetas. Tener los pies cálidos, secos y sin puntos molestos es lo que buscamos cuando caminamos grandes distancias o estamos expuestos a terrenos de nieve y hielo. Por eso, la mejor manera de complementar el equipamiento de escalada es tener una buena calceta que envuelva de manera correcta nuestro pie incluso sobre la altura en la cual termina nuestra bota.

Muchas veces este pequeño detalle de la altura de la calceta desencadena que nuestra canilla termine lastimada producto de la fricción de la bota. Por lo general, las calcetas para actividades de montaña tienen diferentes grosores y puntos con refuerzos para zonas como el talón y la punta de los dedos.

También es posible encontrar diferentes materiales y tratamientos para su confección o la mezcla de rellenos como el polar o Primaloft para dar mayor aislación. Nuevamente, una calceta debe quedar cómoda y no apretada, ya que de lo contrario se comprometerá nuestra circulación, lo que significa que tendremos los pies fríos.

Recuerda mantener tus pies secos, sobre todo antes de dormir. Esto te ayudará a descansar con mayor comodidad y evitará que sufras alguna complicación en tu piel.

Gorros y cuellos

La protección de la cabeza es uno de los aspectos importantes a considerar en la montaña, dado que la retención o pérdida de temperatura en la cabeza corresponde a un 30 % – 40% de la temperatura corporal, siendo muy fácil controlarla agregando o quitando un gorro. En diseños y formas tenemos variadas opciones.

Lo ideal es contar con un gorro para el sol. Este puede ser del tipo jockey o sombrero; lo importante es que ventile de buena manera la humedad y proteja correctamente nuestra cara y zonas sensibles como el cuello.

Para el abrigo, dependiendo del lugar y condiciones ambientales, podemos usar un pasamontaña (balaclava) que nos mantendrá más aislados del frío y el material particulado que el viento suele transportar (como la nieve). Procura que te quede cómodo y permita una óptima respiración de boca y nariz.

Los cuellos, bandanas o baff son muy útiles para nuestro equipamiento de escalada para cuando tenemos frío o la radiación es muy alta y debemos protegernos. Su capacidad de adaptarse nos permite tener orejas y cuello tapados y podemos complementar esto con un jockey.

Se estima que por cada 1.000 metros de desnivel, la temperatura baja en unos 6 o 7°C. Las bandanas son muy versátiles y aquí aparece en complemento con un jockey y otras capas. Foto: Francisca Hernández.

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