¿Cómo elegir una sonda y pala de nieve?
Averigua más sobre dos implementos necesarios para toda actividad en terreno nevado.
El terreno otrora cubierto de piedras y flores ha pasado a ser un universo blanco. Con esto, han cambiado las consideraciones de seguridad al momento de desplazarnos y han aparecido nuevos integrantes en nuestra lista de equipo, como sonda y pala. Y como todo eso debe caber en la mochila sin que el peso y el volumen nos jueguen en contra, hay que tener algunas consideraciones al momento de elegir el equipo.
Te aconsejamos elegir tu equipo, entre ellos sonda y pala, siempre según este orden de factores:
- El tipo de actividad a desarrollar
- El tipo de material, su constitución y calidad
- El diseño
- El peso
Con eso, puedes establecer una suerte de “filtro” para una elección correcta. Y es que no es lo mismo desarrollar un campamento recreativo en terreno invernal que desarrollar una actividad de exploración o de descenso en esquí fuera de pista en donde el factor “tiempo” es decisivo en caso de un accidente.
En cuanto a los implementos de montaña, el mercado nacional nos ofrece muchas opciones de modelos y marcas diferentes. Algunas de estas marcas se complementan muy bien con otros elementos externos o extras, pudiendo lograr una variedad de beneficios y elementos de fortuna.
HABLEMOS DE SONDAS
En primer lugar, ¿cuándo y para qué usamos una sonda? Ella puede tener muchas funciones:
- Para tantear el terreno nevado bajo nuestros pies, pudiendo entregarnos información importante como lo es la cantidad y dureza del manto de nieve en sus diferentes capas. Esto podemos conseguirlo tan solo hundiendo este implemento en la nieve y “palpando” lo que hay debajo.
Saber esto es relevante, por ejemplo, para montar un campamento invernal, ya sea planificado o de emergencia, pues en uno y otro caso debemos tener claridad con respecto a que nuestro suelo sea estable y que cuente con nieve suficiente (profundidad) para poder instalar nuestra carpa y, si fuese necesario, desarrollar la construcción de muros que nos protejan del viento.
Cuando las condiciones se ponen difíciles, muchas veces es mejor desarrollar una trinchera o cueva de nieve y, para esto, necesitamos tener nieve suficiente. La sonda nos dará una lectura de la profundidad mínima, ya que viene graduada en metros y centímetros y, de esta manera, podremos elegir el lugar adecuado para realizar la actividad. - En terreno glaciar, la sonda nos puede ayudar a identificar lugares con presencia de grietas ocultas bajo la nieve.
- En el caso de un rescate de un compañero que ha quedado sepultado, la sonda de rescate en avalancha nos servirá para identificar la profundidad y el lugar exacto en el cual se encuentra la persona. Así, sabremos dónde debemos excavar para desenterrarlo. Esto, claro está, solo se puede hacer si se cuenta con el transmisor o detector de víctimas de avalancha (DVA, leer más aquí) y una pala.
En segundo lugar, ¿cómo elegir una sonda? Elige según los siguientes factores, en este orden:
1. Actividad: una que considere desplazamiento o rescate en terrenos nevados.
2. Material externo: duraluminio o fibra de carbono. Material interno: la línea interna suele ser un cable delgado nylon/acero o cordín de nylon.
3. Diseño: en su mayoría, las sondas son plegables. Por lo tanto, los sistemas de retención y bloqueo deben ser sólidos y fáciles de manipular con guantes. La medida es más bien estándar: de 2,5 a 3 metros. Pero si planeas usarla para rescates en avalancha, busca una sonda que sea más larga y robusta; tus compañeros te lo agradecerán.
Además, aconsejamos usar colores que sean visibles en la nieve. También la escala o graduación (en cm y m) tiene que ser legible fácilmente.
4. Peso: la fibra de carbono es más liviana, pero a la vez, más delicada que el duraluminio. El duraluminio presenta un buen equilibrio en peso y durabilidad.
HABLEMOS DE PALAS DE NIEVE
En gustos no existe nada escrito, pero en eficiencia y durabilidad sí. Por lo tanto, toma en consideración lo siguiente para elegir una pala:
1. Actividad
Como hemos dicho, debemos buscar siempre elementos que se acomoden a los requerimientos de nuestra actividad (ya sea recreativa, deportiva o laboral). Si buscamos desarrollar actividades recreativas con poco desplazamiento, el peso y el volumen no será un tema a considerar, por lo que podremos optar por una pala más robusta que nos permita abarcar mayor superficie al momento de usarla.
Para actividades deportivas invernales, sin embargo, es importante contar con una pala que cumpla con ciertos requerimientos. A diferencia de las sondas, las palas para uso en montaña se encuentran normadas para su confección y uso en montaña.
En este caso, la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA) generó una norma para la pala para avalancha que usan los montañistas dictando lo mínimo que deben cumplir para ser eficientes en su uso en terreno de montaña.
Esta normativa UIAA-156, vigente desde 2018, dice lo siguiente: La pala debe tener una longitud mínima de 75 cm una vez desplegada. La superficie mínima de la pala debe ser de 500 cm2. Teniendo estos antecedentes referentes a la norma UIAA-156, cualquier pala que entregue una mayor prestación a la norma, funcionará muy bien.
2. Material
Las palas que se usan en montaña deben ser metálicas. Por lo general, son de duraluminio. Hace un tiempo atrás era posible encontrar palas de plástico, pero estas fueron desechadas porque en caso de nieve dura, no sirven: rebotan o simplemente, se rompen o no logran penetrar en la nieve.
3. Diseño y peso
Es aconsejable buscar una pala que se acomode de una forma adecuada dentro de la mochila, buscando así un equilibrio de volumen y peso. Para esto, algunos mangos de palas se dividen en hasta en 3 segmentos.
Además, varios kits de sonda y pala nos permiten la improvisación de anclas de nieve denominadas “hombre muerto” (Deadman); otros tipos de pala posibilitan su uso en diferentes posiciones (horizontal o vertical). Sea como fuere, es importante que la unión de estos puntos (en el mango y en la hoja de pala) sea firme y confiable, ya que con el frío y el hielo, algunos tienden a fallar justo cuando más se necesita.
4. Forma y agarre
Recuerda que en la nieve, trabajamos con guantes y, por tanto, este uso también debe ser cómodo. A su vez, puede que el peso de la nieve haga rotar nuestra muñeca, generando una lesión o molestia. Es importante revisar, entonces, que la pala tenga la forma adecuada.
Algunas palas están pensadas para quienes se dedican al estudio de la nieve; por lo tanto, existen también modelos que cuentan con la incorporación de una cierra de nieve/hielo; también es posible encontrar palas de rescate con instrucciones de organización para grupos de rescate (ayuda memorias) e, incluso, palas que son 3 en 1: pala, deadman y piolet.
Existen, pues, elementos minimalistas que se complementan con el resto de nuestro equipo y este es el caso de las palas que se acoplan al mango del piolet. El objetivo de esto es cargar menos de peso. También existen palas que permiten un acople a nuestros esquís, ayudando a la improvisación de camillas de rescate. Sin embargo, en mi opinión, es mejor tener todo separado, porque lo híbrido tiende al fallo.
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