¿Cómo alimentarse en la montaña?: consejos de una aventurera

Ir a la montaña y consumir las calorías suficientes como para la demanda física de este deporte, muchas veces puede resultar un poco complicado. Por un lado, está el peso y el volumen de lo que te nutrirá en los días de actividad, y por otro, las  vitaminas y minerales que debes consumir para mantenerte fuerte. Todo esto sin contar con que, después de una jornada larga, el cansancio y ganas de dormir pueden reducir tu ganas de dedicarle tiempo a la preparación de los alimentos. Desde ahí, recogí mis mejores tips para que optimices tu alimentación durante una expedición. 

Primero que todo, ayuda mucho tener el agua hervida rápidamente. Un sistema que calienta eficientemente y sin mayores problemas con el frío y el viento, es una cocinilla de última generación llamada jetboil. Una vez con agua para cocción disponible, puedes optar por alimentos liofilizados que están listos en unos minutos y cuyos sabores se acercan bastante a la comida casera. En mi caso cuando tengo hambre soy capaz de comerme una olla completa, por lo que un kit con olla y sarten van de la mano. También, para aprovechar el espacio de tu mochila, puedes usar estos mismos recipientes para llevar frutas o verduras que se pueden golpear o machucar durante una aproximación a la montaña. 

Calentando agua en la jetboil dentro de la carpa junto a Paloma Farkas y Javiera Benavente en Chamonix Junio 2024. Foto: Anais Puig.

Alimentación de montaña

Luego, si tu opción es comer algo fácil, entre las comidas rápidas para preparar en la montaña, las fajitas son de mis favoritas. Con ellas, más una caja de porotos negros, palta y tomate, ya tienes una comida fresca y saludable. Las lentejas rojas también se cocinan muy pronto, y si las mezclas con deshidratados como cebollas, callampas o tomates, quedan increíbles. 

El cuscús y la carne de soya, son preparaciones que con algunos aderezos deshidratados quedan muy bien. Ahora, si la carne no puede faltar en tu vida, los salames y jamones curados no necesitan refrigeración y bien pueden ser parte del menú.

Día de empaque de nuestra alimentación para 30 días de expedición en la cordillera de Darwin. En las bolsas: avena y frutos secos. El viajé fue en 2017 junto a Cristian y Barbara Donoso. Foto: Cristian Donoso.

Para los desayunos, la avena con frutos secos siempre es una buena opción. Puedes remojar en un plato plegable de silicona con agua caliente y esto te garantizara energía para todo el día.

La hidratación adecuada también te mantendrá despierto y fuerte, por lo que es muy importante estar permanentemente tomando agua y tener una reserva de comida de fácil acceso, como ración de marcha, que bien pueden ser las barritas energéticas de maní. Te recomiendo siempre llevarlas en tu bolsillo y como dato extra, debes saber que hay gran variedad de ellas en el mercado. Lo importante es, al momento de comprarlas, que idealmente aporten un alto porcentaje de proteínas.

Comiendo avena por la mañana durante un día de campamento en cordillera de Darwin. Foto: Cristian Donoso.

El chocolate, por cierto, siempre va bien en la cumbre: endulza las vistas y aporta energía. ¡Esto es muy necesario si todavía te queda la mitad del pegue! Pero ojo: es importante no abusar del cacao porque te puede trancar durante tu aventura.

Para mantener tu comida seca o mantener colgados tus alimentos no tan cerca del campamento, te recomiendo usar una bolsa seca. Ellas son super livianas y mantendrán tus productos lejos de la humedad.

Disfrutando de un chocolate en la cumbre del Punta Carancho, en 2018. Foto: Javier Galilea.

¡Espero que estos consejos te ayuden para comer rico durante tu próxima aventura!

Bon apetit.