Leave no trace: cómo proteger flores y humedales en tu próxima salida

El buen clima transforma la naturaleza en un territorio vivo y delicado: brotan flores altoandinas, los humedales se reactivan y la fauna vuelve a ocupar espacios clave. En este escenario, cada paso cuenta. Esta guía reúne buenas prácticas Leave No Trace para que tus salidas outdoor protejan lo que vienes a buscar: naturaleza intacta, paisajes sanos y experiencias que no dejen huella.

Cada temporada estival transforma la naturaleza. Es cuando florecen capullos altoandinos en la montaña, brotan vegas húmedas en el altiplano y los humedales vuelven a latir como verdaderos oasis de vida. Para quienes amamos salir a caminar, escalar o recorrer cerros, este renacer es un privilegio… y también una responsabilidad.

La flora y los humedales de montaña son ecosistemas frágiles, de crecimiento lento y alta importancia ecológica. Un solo paso en falso,  una carpa mal ubicada o una foto tomada sin cuidado pueden generar impactos en la naturaleza que duran años. Por eso, para Andesgear el integrar los principios Leave No Trace (No Dejar Rastro) ya no es una moda: es parte de una cultura outdoor consciente. Aquí te contamos todo sobre esta lógica.

¿Por qué flores y humedales necesitan protección especial?

Las flores de montaña suelen tener ciclos de vida muy cortos, adaptados a ventanas climáticas extremas. Muchas florecen solo algunas semanas al año y dependen de suelos poco compactados y de polinizadores específicos. Pisarlas o arrancarlas —aunque sea “solo una”— puede interrumpir todo su ciclo reproductivo.

Mientras que las zonas húmedas, como las desembocaduras de río, las lagunas, las vegas de la zona central, los bofedales del altiplano o las patagónicas turberas, funcionan como esponjas naturales: almacenan agua, regulan caudales y sostienen una biodiversidad clave para aves, anfibios e insectos. Compactar el suelo con botas, bicicletas o vehículos puede alterar su funcionamiento hidrológico de forma irreversible que debemos impedir.

Humedal altoandino en la zona central. Foto: Marcela Saavedra

Humedal altoandino en la zona central. Foto: Marcela Saavedra

¿La solución? una guía de buenas prácticas Leave No Trace en zonas florales y húmedas

1. Camina siempre por senderos existentes
Aunque parezca tentador “atajar” o acercarse más a una flor, salir de la huella compacta el suelo y daña raíces invisibles. En zonas sin sendero claro, prefiere siempre avanzar sobre superficies resistentes (rocas, grava seca, nieve).

2. Observa, fotografía y sigue avanzando
Las flores no son souvenirs. No se cortan, no se trasplantan, no se “acomodan” para la foto. Usa zoom, agáchate con cuidado y deja el lugar tal como lo encontraste.

3. Evita acampar en humedales o vegas
Busca siempre terrenos secos, elevados y con suelo firme. Aunque una vega parezca un “buen colchón”, dormir allí daña el suelo y contamina cursos de agua cercanos.

El humedal Batuco está a unos minutos de Santiago. Foto: Fundación San Carlos de Maipo.

4. Mantén distancia de cursos de agua
Arma campamento y cocina al menos a 60 metros de ríos, esteros y lagunas. Esto reduce la erosión, protege la flora ribereña y evita contaminación.

5. Cuidado con bastones, crampones y bicicletas
Las puntas metálicas pueden destruir brotes y suelos blandos. Ajusta tu técnica, levanta los pies y evita transitar humedales con bicicletas o carga pesada.

6. Mascotas bajo control (o mejor, en casa)
Los perros pueden pisotear nidos, perseguir fauna y contaminar el agua. En zonas sensibles, lo más responsable es no llevarlos.

El Parque Nacional Karukinka es rico en turberas. Foto: Diego Alarcón

Un tip

La montaña florece una vez al año. Que siga haciéndolo depende, en parte, de cómo caminamos sobre ella.

Si nunca has visitado un humedal y te gustaría conocerlos, ¡aquí podrás encontrar buenas opciones en Chile central!


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