Mujeres poderosas en el techo de África
Helene Manche y Nadia Vásquez acaban de subir el Kilimanjaro en bicicleta. ¡Revisa su historia!
A 5.982 M DE ALTITUD…
La primera cordada 100% femenina en la montaña más alta de África, ubicada al noreste de Tanzania. Montañismo y bicicleta (es decir, big mountain bike). ¡Una conjunción perfecta!
Nadia y Helene llevaron a cabo esta expedición del 20 al 25 de febrero de 2022 por la ruta Kilema. Esta ruta, según afirma Nadia, “es más pedaleable de subida y bajada”. Pasaron por 3 campamentos: Kilema Camp (2.900 m), Horombo Hut (3.800 m) y Kibo Hut (4.720 m) para, finalmente, llegar después a la cumbre (5.982 m). El día anterior a la cumbre portearon las bicis hasta los 5.200 m de altitud y a la 1:30 de la noche se lanzaron en picada hacia arriba, hacia lo más alto, cantando canciones en idioma suajili.
No fue fácil. Había más nieve de la esperada; la sensación de puna más el peso de la bicicleta y el equipo de montaña a cuestas demandó un gran esfuerzo físico. ¡El Kilimanjaro hasta les sacó lágrimas! Además, Helene se enfermó del estómago durante la primera noche en el primer campamento. Pasó toda la noche yendo al baño y vomitando. Quien se haya intoxicado alguna vez sabe cuán fatigado se puede llegar a estar; esto amenazó con echar por tierra todos los sueños de llegar a la cima. De hecho, al día siguiente, Helene estaba tan débil que su equipo tuvo que ayudarle a armar su mochila. Sacando fuerzas de flaquezas, Helene caminó 4 horas bajo lluvia y granizos. Pero su determinación era clara y se motivaba a sí misma diciéndose “no puedes dejar la cumbre. Te vas a recuperar y seguir”. ¡Así fue!
Luego de contemplar un bello amanecer y alcanzar la cumbre en medio de una gran ventolera, comenzó el descenso, “algo con lo que llevábamos todo un año soñando”, según afirma Nadia. Los primeros 300 metros de desnivel fueron sobre nieve; luego vino un paso de rocas que no se puede sortear sobre la bici, por lo que tuvieron que bajarse; y, finalmente, ceniza volcánica. “Ahí solo tuvimos que soltarnos y fluir hasta llegar al base camp, donde nos esperaban con algo rico para comer”, cuenta Nadia. “¡Ese día fue una locura! Todo lo que habíamos subido en 4 días lo bajamos de una”. ¡Fueron alrededor de 40 km de descenso!
FUERZA DE MUJER
Helene y Nadia contrataron a una agencia local dirigida por una mujer (Glory Thobias) que promueve la contratación de un staff compuesto por mujeres en el Kilimanjaro. En el equipo que las acompañó hasta lo más alto tenían a una guía, una porteadora y una cocinera mujer.
Grace, la guía local, también se había propuesto llegar en bicicleta a la cumbre. Sin embargo, aunque Grace no logró completar el ascenso con la bicicleta, la porteó hasta los 5.200 m de altitud. ¡Un gran logro para ella y todas las mujeres de Tanzania! “Grace llegó con nosotras a la cumbre caminando”, comenta Helene. “Queremos reconocer su fuerza y determinación por haber llegado tan alto con su bicicleta. En los campamentos la gente no podía creer que una chica tanzaní estaba subiendo con su bicicleta. En una cultura totalmente machista y en la cual mucha gente piensa que la mujer no tiene fuerza física y que si se sube a una bicicleta pierde su virginidad, Grace es un ejemplo de fuerza y determinación para todas nosotras”.
QUIÉNES SON
Helene Manche (33 años) lleva 5 años viviendo en Chile y es profesional de recursos humanos. Sin embargo, desde septiembre de 2021 que se está dedicando full a la montaña y a la bicicleta. “Ha sido mi pasión desde siempre”, comenta. “Soy de un pueblo de los Pirineos franceses y toda mi vida he estado cerca de la montaña, haciendo trekking, bicicleta y esquí con mi familia. Llegando a Chile, ¡encontré el lugar perfecto para seguir practicando esas actividades y llevarlas a otro nivel!”
Nadia Vásquez, por su lado, tiene 30 años y es ingeniera eléctrica de profesión. Practica ciclismo hace unos 10 años y, en paralelo, senderismo y montañismo. “Me inicié en el cross country. Hace aproximadamente unos 5 años, luego de la invitación de un amigo al refugio Plantat del volcán San José, en el Cajón del Maipo, conocí la locura de recorrer montañas y llevar a la bicicleta hasta la cumbre. Ahí experimenté descender sobre nieve en un descenso de más de dos horas. Desde ahí no paré de pensar en volver”, cuenta Nadia.
UNA PREPARACIÓN RIGUROSA
El sueño de alcanzar el techo de África se fue dando poco a poco, construyendo pasito a pasito. Y se dio en el contexto del proyecto Big Mountain Girls, el que nació cuando Nadia y Helene alcanzaron juntas la cumbre de El Plomo (5.424 m; ver historia de cómo lograron cumbre Cerro el Plomo). “Ahí yo le propuse ir al Kilimanjaro, que era un sueño que tenía hacía varios años”, dice Helene. Y así, para la expedición, la preparación fue planificada y rigurosa, gradual y progresiva en dificultad y altitud, durante varios meses. “En septiembre de 2021 empezamos un plan de entrenamiento pasando por varias cumbres en Chile: cerro Cortadera (RM), cerro Provincia (RM), cerro Punta Guanaco (Región de Valparaíso), volcán Descabezado Grande (Región del Maule) y cerro El Plomo (RM). Además, cada una entrenó por su cuenta. Por mi lado, mi entrenamiento regular desde diciembre ha sido subir el Leonera a pie por el día desde la base del andarivel Águilas de La Parva”, cuenta Helene. ¡El esfuerzo trajo sus frutos!
Además, del ascenso a El Plomo, que les sirvió para aclimatar y hacerse una idea de cuán grande era el Kilimanjaro, Nadia destaca otro momento en particular de su entrenamiento: el ascenso al Descabezado Grande (3.953 m). “Consistió en una excursión de 5 días con bicicletas; el descenso fue sobre ceniza volcánica y entre bosques, lo que se parecía mucho al terreno que imaginábamos sería el Kilimanjaro”, cuenta Nadia.
COMUNIDAD Y CORAZÓN
Además de los entrenamientos calendarizados, ambas chicas realizaron salidas guiadas a la montaña con bicicletas. Esto, con el objetivo de crear comunidad y de acercar esta modalidad a más personas. En palabras de Nadia: “Chile tiene un potencial tremendo para el ciclismo de alta montaña y creemos que puede ser un referente a nivel mundial“.
La iniciativa Big Mountain Girls es así “un proyecto deportivo, femenino y social”, según consigna Nadia. “Somos conscientes de que no hay muchas mujeres en esta disciplina, así que quisimos mostrar que las mujeres también podemos hacer algunos deportes extremos, y no es necesario ser campeona nacional ni deportista de alto rendimiento para proponerse un objetivo deportivo”.
Pero también está la parte de la acción social, ya que el Kilimanjaro no fue sólo adrenalina y sudor. Así lo cuenta Nadia: “nos enteramos de que una ONG tenía un proyecto llamado Bike for School. Se trataba de ABC Impact; ellos reciben donaciones de bicicletas y de dinero y subsidian bicicletas a niñas para que puedan ir a la escuela. Algunas niñas tienen que caminar entre 2 y 3 horas para poder ir al colegio y a veces les ocurren accidentes terribles en el camino”. Helene y Nadia estaban decididas a dejar su impacto positivo, hicieron una campaña de donaciones y llevaron dinero a la ONG, con lo que finalmente pudieron donar 15 bicicletas que fueron repartidas en dos colegios públicos de Tanzania. “Además, llevamos 1.600 repuestos que donó la tienda Oxford Store. Hicimos lo posible por mostrar el gran corazón que tiene Chile“. Así, en definitiva, “el proyecto se sustentó en deporte, empoderamiento femenino y contribuir en algo social relacionado con la bicicleta y la mujer”, afirma Nadia con convicción.
PARA QUIEN DESEE CONTINUAR CON EL DESAFÍO
“¿Consejos para una mujer que desee seguir nuestros pasos? Lo más importante es perseverar y soñar mucho”, afirma Helene con convicción. “Uno sabe dónde empieza, pero no sabe dónde va a terminar. Cuando empecé a subir cerros con mi bicicleta, hace poco más de 4 años, nunca nunca nunca imaginé que sería capaz de llegar a la cumbre de El Plomo o el Kilimanjaro. Así que la clave está en perseverar. Y también en no escuchar a los que dicen que uno no es lo suficientemente fuerte. Es importante seguir el camino propio, sin escuchar a los que te dicen que no puedes lograrlo, ni debes prestar atención a los envidiosos, que siempre encontrarán algo para criticarte. Así que: ¡a seguir! ¡Entrenamiento, perseverancia y soñar mucho!”
Nadia, por su parte, coincide: “lo primero es plantearse un objetivo. No es necesario entrenar como locos, pero sí ser eficiente y planificar. Y mi consejo final es no dudar. En general, las mujeres estamos todo el tiempo dudando en si podremos ser capaces de hacer algo. Crecimos creyendo que muchas cosas no eran para nosotras, entonces siempre dudamos, pero lo más importante de todo es intentarlo e ir poco a poco superando los límites“.
Revisa nuestra nota sobre cómo iniciarse en Big Mountain Bike.
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