Póngale nombre a la ruta
Hay nombres divertidos, anecdóticos, como otros que contienen identidad y una gran historia detrás. ¿Pero cómo se bautiza una ruta?
Muchas de ellas son topos, otras no han sido registradas, pero han logrado patentarse por el boca a boca dentro de la comunidad escaladora. Hay nombres divertidos, anecdóticos, como otros que contienen identidad y una gran historia detrás. Lo que nos llevó a la pregunta: ¿CÓMO SE BAUTIZA UNA RUTA?
Para quien no esté muy familiarizado con algunos conceptos de escalada, cuando se habla de ruta o vía, se apunta principalmente al camino que se recorre, por lo general en ascenso, ya sea hacia la cima de una montaña, a través de una pared de roca, hielo o también por un muro de boulder. En cada caso el lugar, la dificultad, la exposición, un acontecimiento, experiencia, etc. determinará el nombre de ella. A partir de esto se preguntarán quién se llevará los honores: ¿quien equipa o quien encadena?
Por lo general, en el caso de Chile, quien abre la ruta es quien la nombra, ya que será esta persona la que se dedicará a descubrir una nueva línea, equiparla y más bien, es quien realiza el trabajo más minucioso, en cuanto a limpiar, taladrar, martillar, poner chapas, entre otras labores, por lo que, en algunos casos, puede pasar colgado(a) durante largas horas. Un verdadero trabajo de artesanos que puede perdurar por siempre.
¿Activamos creatividad?
Tomás Contreras y José Tomás “Coto” Labrin, dos reconocidos equipadores nacionales nos cuentan parte de sus experiencias colocando nombres.
Tomás, quien lleva años abriendo rutas, principalmente en el sector del Cajón del Maipo dice que no se complica mucho la vida pensando en nombres, más bien busca la simpleza y tampoco cuestiona mucho si alguien que encadena una vía olvidada cambie el nombre nativo.
“Hay rutas que uno le pone el nombre y durante el periodo que son proyectos logran ser reconocidas así. Toman una identidad, entonces es medio ilógico que después se les cambie el nombre. Pero si una ruta por ahí está media olvidada, tiene nombre y nadie le ha dado, y alguien como que la abraza y le empieza a dar pegue y trabajo, la logra liberar y hacer le primer ascenso, yo por mi feliz que le ponga nombre. Se lo ganó con pega”.
Coto, por su parte, quien ha abierto mayormente rutas en Farellones señala que el nombre que coloca va de acuerdo a lo que sucede con la ruta, es decir, con lo que produce, o sobre lo que pasó ese día, asimismo influye un estado anímico, pero coincide con Contreras que tampoco hay que darle muchas vueltas.
Es así como vienen a su mente algunas anécdotas en Farellones.
“Un día estuve equipando una ruta, estuve como seis horas colgado, y al final del día me doy cuenta que tuve una Vizcacha al lado mío todo el día mirando. Entonces obviamente esa ruta se llamó la Vizcacha (6a+)”.
“Después, en otra oportunidad, para farellones son como 40 curvas y una vez equipé una rutita que tenía como un par de curvas arriba antes de terminar, obviamente esa curva se llamó Curva 41 (6b)”.
Ambos escaladores coinciden en que los nombres dependen de la creatividad del abridor y que muchas veces van de la mano con alguna situación personal que está viviendo, o en el lugar que se encuentra, alguna anécdota que suceda durante la abertura o proceso de un proyecto, una canción, una mascota, etc, son muchas las posibilidades, y no existen normas en este “bautizo”.
Tomás nos cuenta que de sus rutas, las que más le gustan son “La Placa no Aplaca” 8b, en el sector de La Mina (Cajón del Maipo). “Un rutón de 35 metros de placa vertical y puro agarre chico y que hasta el final te lleva en la misma, entonces el nombre le calza perfecto” específica.
También una abierta en Chillán, que es un 12ª, a la cual bautizó como la “Longaniza Mecánica”.
“Una de las primeras rutas que abrí ahí. Me gusta por el hecho que se en Chillán y sea con longaniza. La Placa no Aplaca en La Mina. Sodoma y Gomorra también en La Mina, que definen muy bien a la vía.
Tengo una ruta facilita en Los Riscos de San José, que se llama “Tensa,Voy,Tenme”, como algo que pasa mucho en la escalada, que la gente dice “ya tensa!, ya ahora voy!, no no!, tenme!”, y en esa ruta pasa un montón eso” expresa Contreras.
Otros nombres divertidos que podemos encontrar son “¿Y tú quién eres?”, “La furia del Ermitaño”, “Sexo Sentido” en Las Chilcas, “Síganme los buenos” en Las Melosas, “Ascúrrete” en Los Manyos, “Todos los monos bailan”, “Lalo fuiste mío” en Valle de los Cóndores, y así muchos otros que dan hasta para una larga jornada de Stand Up Comedy.
La mayoría de las rutas registradas las puedes encontrar en guías de topografías, donde aparecen mapas y fotografías. En el caso de las graduaciones también existe una modalidad de bautizo, pero eso ya es tema para una próxima nota.
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