5 cerros de la zona central para debutar de la alta montaña
Con la nieve en retroceso y los días cada vez más largos, la primavera abre la temporada perfecta para quienes sueñan con alcanzar sus primeras cumbres sobre los 4.000 metros. Para hacerlo, te proponemos cinco cerros icónicos de la zona central de Chile para dar tus primeros pasos en la alta montaña.
La alta montaña tiene algo de rito iniciático. Supone madrugadas heladas, pasos lentos, aire delgado y, sobre todo, esa mezcla de esfuerzo y asombro que solo se entiende allá arriba. Con el deshielo y la estabilidad climática de la primavera, los altos cerros se transforman en una escuela natural para quienes buscan su primera experiencia a gran altura, sin necesidad de expediciones extremas ni travesías prolongadas.
1. El clásico de los clásicos:
Cerro El Plomo (5.424 metros)

Sector de La Hoya, cerro El Plomo. Foto: Max Villar.
Visible desde Santiago en los días despejados, El Plomo es probablemente la montaña más simbólica para los andinistas que comienzan. Su ascenso combina historia —fue un santuario inca y lugar del hallazgo de la icónica pieza arqueológica “Niño del Plomo”— con una ruta clara y progresiva.
El recorrido comienza en el sector La Parva (2.700 m) y pasa por los refugios Federación y Agostini antes de atacar la cumbre. En total son entre dos y tres días de marcha, dependiendo del ritmo. Aunque no requiere pasos técnicos, sí demanda buena aclimatación y manejo de crampones si quedan neveros.
¿Un tip? Es perfecto para quienes buscan su primer 5.000 sin alejarse de la capital.
2. Escuela de altura
Cerro Leonera (4.954 m)

En el trayecto hacia la cumbre del Leonera. Foto: Francisca Hernández.
Vecino inmediato de El Plomo, el Leonera es un excelente primer objetivo antes de intentar su hermano mayor. Su cumbre, visible desde Farellones, ofrece una panorámica espectacular del cordón central, con cerros como El Plomo, El Pintor y La Paloma al horizonte.
La ruta más clásica parte también desde La Parva y asciende por una huella marcada que serpentea entre lomas peladas y neveros. Se puede hacer en una larga jornada o, mejor aún, en dos días acampando desde el Refugio Federación.
Es una excelente opción para entrenar resistencia y probar la aclimatación antes de desafíos mayores.
3. Color, altura y cercanía
Cerro Pintor (4.180 m)

Cerro Pintor destaca por sus colores. Foto: Wikipedia
Su nombre lo dice todo: las laderas del Pintor parecen pintadas con óxidos rojos, amarillos y verdes. Es el cuatro mil más accesible del cordón del Plomo, ideal para un ascenso de una sola jornada desde La Parva o Valle Nevado.
El sendero asciende por una huella clara y constante, con vistas a los cerros Leonera y La Paloma. Su cumbre es una antesala natural al mundo de la alta montaña y una excelente opción para quienes quieren entrenar o vivir su primer cuatro mil sin acampar.
Un dato: Es perfecto para principiantes con buena forma física y ganas de panoramas de altura.
4. El gigante activo de la zona central
Volcán San José (5.856 m)
Dominando el Cajón del Maipo, el volcán San José es uno de los más imponentes de los Andes centrales. Su ascenso combina termas, glaciares y vistas al Tupungatito y al Maipo.
La ruta tradicional parte desde Baños Morales (1.900 m) y se desarrolla en tres o cuatro días, con campamentos en Plantat (3.200 m) y La Engorda (3.600 m). La cumbre, un cono perfecto con fumarolas, recuerda que sigue activo.
Como consejo, es ideal para quienes ya han subido cerros sobre 4.500 m y buscan su primer seis mil moderado, sin cruzar a Argentina.

Ascenso rumbo al volcán San José. Foto: Wikipedia
5. El seis mil más austral del planeta
Cerro Marmolejo (6.108 m)
Sí, sobrepasa los 4.000 m… ¡y mucho más! Pero El Marmolejo merece su lugar en esta lista por ser un sueño accesible dentro de los grandes. Es el seis mil más austral del planeta y se levanta en el extremo sur del Cajón del Maipo, en la frontera con Argentina.
Su ruta normal requiere de cinco a seis días, con porteos y campamentos en Valle El Yeso, Campamento Base (3.600 m) y Campamento Alto (4.800 m). No presenta pasos técnicos, pero sí largas jornadas de altura y tramos de nieve dura.
¡Es el desafío perfecto para cerrar el ciclo de iniciación en la alta montaña chilena!

Cerro Marmolejo (6.108 m), el seismil más austral del mundo. Foto: Chile6Miles.
Si vas a debutar en la altura, no olvides…
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Aclimatarte progresivamente: no subas de golpe. Mejor haz cerros intermedios primero.
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Llevar un buen equipo: calzado técnico, abrigo por capas, crampones si hay hielo y protector solar.
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Consultar el pronóstico: la primavera ofrece buenas ventanas, pero el viento andino siempre manda.
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Caminar desde temprano: la radiación aumenta con la altura y las horas de la tarde pueden ser traicioneras.
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Cuida el entorno: toda huella deja una marca; la montaña también es un aula de respeto.

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